YA NO TEMO A LOS PERROS by Santiago Mingo.
La gestión del cambio de los directivos creativos.
Existen determinadas sensaciones difíciles de confesar. Un miedo puede ser inconfesable. Hay quien tiene pánico a la oscuridad, a las arañas o a los perros. Yo temo al ridículo. Ese es mi miedo inconfesable. Si me paro a pensarlo resulta un temor absurdo, al tiempo, creo que no existe un temor más humano. El ridículo cala hasta mis huesos, los deshace, y así voy menguando hasta convertirme en un átomo que desaparece por el agujero negro que mi mente ha creado. Es el miedo escénico. El mismo miedo que padecí antes de un concierto, de adolescente. Pero no hace falta siquiera rememorar mis tiempos rockeros, basta con retrotraerme a hace una semana en IFEMA, en Propet (exposición anual de la mascota).
Llevo 12 años en el sector de la Salud Animal. He trabajado en contacto directo con las empresas del sector de los Animales de Compañía durante 8 años; pero los últimos 4 he decelerado mis movimientos en esta área para centrarme con mayor intensidad en el de los Animales de Producción. Como consecuencia, al llegar a Propet me encontraba en una situación de abrumador miedo escénico. No había tenido trato con algunos de mis contactos desde hacía 10 años. Sabía que a algunos podría encontrarlos en el stand de su competencia; a otros no sería capaz de reconocerlos; y la mayoría, presuponía, no se acordarían de mí. En definitiva, mi actitud era la peor para lograr los objetivos comerciales que Iván -mi socio en Yeti Digital Creativity- y yo nos habíamos propuesto. Pero no hay excusa para dejar de ejercer como lo que todos somos: comerciales. Debemos ejercer eficazmente nuestro rol multidisciplinar; la gestión del cambio de los directivos creativos se sustenta en vencer nuestros miedos.
Pero soy una persona afortunada. Estoy rodeado de profesionales, y sobre todo personas maravillosas, que son capaces de guiarme; cogerme de la mano y lanzarme al abismo, lejos de mi espacio de confort, para que averigüe por mí mismo hasta donde soy capaz de llegar. Son momentos mágicos. La superación es el resultado de la victoria frente al miedo escénico; la superación es la anfetamina del emprendedor.
Así que guiado por Iván tomé IFEMA al abordaje. Me lancé por cada uno de los stands a dominar cada encuentro, cada mirada, cada diálogo. Tomé nuevos rehenes, y retomé los antigüos. Y, efectivamente, algunos no trabajaban ya donde les había dejado, otros no se acordaban de mí, y de algún otro yo no me acordaba. ¿Y qué? ¿Para qué estábamos allí? Para ofrecerles soluciones que mejorarán sus empresas, que simplificarán su vida y con las que incrementarán sus beneficios. ¿Acaso no es un buen argumento para olvidarse del miedo escénico?
El resultado fue excelente: superamos los objetivos comerciales propuestos y estamos de nuevo en el mapa del sector de los Animales de Compañía. Pero sobre todo, de esta experiencia quedo con dos cosas: el camino al éxito pasa por encima de tus miedos; y en lo personal, lo afortunado que soy por tener a mi lado a personas que consiguen que deje de tener miedo a los perros.